Es necesario vivir los sentimientos, jugarlos y aprenderlos en situaciones educativas vivas, en las que aflore todo nuestro ser: conflictos diarios, riñas, miedos, actos de cariño, saludos, enfados, etc.; pero, sobre todo, es necesario hablar de ello.
Creemos que, en el aula, surge una gran cantidad de situaciones en las que los sentimientos están enredados, y son estas situaciones las que debemos aprovechar para darles tratamiento educativo.
En nuestra vida en el aula todo lo afectivo tiene cabida a través de la expresión de la afectividad.
Cuando cuidamos a alguien nos cuidamos a nosotros mismos. Los muñecos y peluches que tenemos en la casita cumplen esta función de objetos en los que los niños y niñas se proyectan, mientras los cuidan, consuelan, obligan a comer, etc. Pero son los animales los que mejor sirven para ello porque tienen vida.
Además, hemos aprendido con los animales en el aula procesos de alimentación, cambio, crecimiento, texturas, colores, formas, número, etc., pero siempre de forma afectiva, vivida, sentida. Lo más fácil de aprender es lo que llega al alma atravesando el cuerpo.
Por otro lado, hay que comenzar a nombrar nuestros estados emocionales y a hablar de ellos. Es una forma, no sólo de desarrollar el lenguaje, sino, sobre todo, de conocernos mejor.
En el aula hemos aprendido a expresar como estamos, que nos molesta y a resolver pequeños problemas hablando de ellos, llorando o regalándonos palabras dulces: cocodrilo bonito, bomboncito, fresita....
Nuestra función es, por tanto, ayudar a los niños y a las niñas a que resuelvan sus problemas.
Educar es construir unos valores a través de nuestro entendimiento para que se traduzca en conducta.
En definitiva, es imprescindible hablar de los sentimientos. Ponerles nombre es una forma de controlarlos, porque las palabras son lazos que atan los sentimientos y no dejan que se desboquen. Demos nombre a lo que sentimos, hablemos de ellos y estaremos construyendo los cimientos de una personalidad estable y equilibrada.
Lecturas recomendadas:
- GOMEZ MAYORGA (2004) Atando sentimientos con palabras. Ed. Publicaciones M.C.E.P. Sevilla
- Norac, C. y Dubais, C.: "Las palabras dulces". Corimbo.
4 comentarios:
Hola, soy maricarmen os recomiendo a todos:padres, madres y familiares la lectura de este pequeño libro, que aunque pequeño nos dice cosas muy importantes.
A veces es muy bueno parar en el ajetreo del dia y dedicarnos a escuchar esas llamadas de atención que nuestros pequeños y no tan pequeños nos hacen a todos los que les rodeamos.
! es tan importante saber escuchar!. Yo voy a dedicaros mi palabra dulce a todos vosotros, tanto grandes como pequeños. FELIZ NAVIDAD un beso
Hola soy Alex, ya me voy a la cama, pero antes quiero pedirle a Covi que por favor nos devuelva los cojines a la clase de infantil. Sabemos que los tienes escondidos. Porfa, Porfa devuelvenoslos. Bueno te digo mi palabra dulce a ver si sirve de algo. "Fresita con nata".
Me parece una labor muy interesante e importante trabajar con los niños/as en la escuela todos aquellos aspectos relacionados con sus emociones y sentimientos así como enseñarlos a resolver los posibles conflictos que pueden surgir en una convivencia, como es la de pasar un número de horas con niños/as con diferentes gustos, intereses, capacidades, necesidades, a través del diálogo. Pero esta tarea no será válida si en las familias no se sigue trabajando, púes es tarea de todos hacer una sociedad diferente, una sociedad sin violencia, en la que la PALABRA, sea nuestra arma de defensa. Una sociedad en la que nuestros hijos nos den una lección de tolerancia y respeto hacía todas aquellas personas que son diferentes y esto sólo lo conseguiremos si todos juntos y unidos educamos a nuestros hijos, ya sea en la escuela o en las familias, en estos valores.
Por eso, me gustaría agradecer sobre todo como madre, a las compis profes, por educar a los niños desde pequeñines a dialogar para resolver sus conflictos. ¡Ánimo chicas que es una labor envidiable la que haceís y oJalá nuestros hijos nos den una lección de SABER VIVIR EN SOCIEDAD.
GRACIAS PROFES.
En la amistad deja un PEQUEÑO hueco para los conflictos, y en los confictos deja un GRAN hueco para la reconciliación.
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